siempre(:

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equiipo siiempre (L)

viernes, 21 de enero de 2011

'' William Lee''

El clérigo inglés William Lee, en 1589, inventó una máquina de tricotar para que su esposa aumentara considerablemente la producción de un género de punto en lana. Esta máquina inventada por Lee va a conseguir que a mitad del siglo siguiente (el siglo XVII) los tejidos de lana merina española sean una importantísima industria textil europea. Ello transformará el panorama agrícola europeo: tierras de cultivo vuelven a ser pastizales de ganado lanar. El desarrollo del textil mecanizado tiene mucho que ver en la formación de una nueva clase social, los obreros de las fábricas, que impulsarán los grandes movimientos ideológicos en la Europa del futuro. Parece ser que el invento de Lee y el género de punto no tuvo buena acogida política en Inglaterra y cuentan que Lee murió en la miseria en París, en 1610.

'' El Péndulo de Galileo ''

Péndulo.
 Galileo era profesor de filosofía natural en la universidad de Pisa. Observaba con gran interés la naturaleza y los fenómenos físicos que le rodeaban, e intentaba buscarles una explicación. En aquella época (1564-1642), la iglesia marcaba gran parte de la vida social y Galileo, como uno más de su tiempo, asistía asiduamente a los oficios religiosos que se celebraban en la catedral de Pisa.
Para iluminar la catedral durante los oficios nocturnos se utilizaban grandes lámparas de velas que pendían mediante cadenas del techo abovedado de la catedral.
Las lámparas colgaban todas a la misma distancia del techo. Galileo una tarde tormentosa de invierno reparó en que las lámparas se movían de una forma muy peculiar. Ya había observado este tipo de movimiento en muchas ocasiones anteriores. Pero hasta esa noche no había tenido tiempo de pararse a meditar sobre el fenómeno. Ese día en especial, el fuerte viento de la tormenta hacía oscilar vigorosamente las lámparas. Las que se encontraban cerca de la puerta describían grandes arcos, mientras que las lámparas próximas al altar se movían sólo un poco.
-“Claro”- pensó. – “Cerca de la puerta, donde la tormenta arrecia, el viento es más fuerte”-.
Pero había algo que le turbaba. Le parecía que, en su vaivén, ¡todas las lámparas tardaban el mismo tiempo en realizar una oscilación!
-“No es posible”- pensó. “Si el arco que describen es mayor, el tiempo que tardan en recorrerlo, deberá también ser mayor”. Galileo estaba decidido a comprobar si su observación era cierta, pero tenía un pequeño problema. El reloj de sol que había en la plaza del ayuntamiento no era muy preciso, y no le valía para cronometrar el tiempo que tardaban las lámparas en oscilar (además era de noche, claro).
–“Ni siquiera tengo aquí un reloj de arena o de agua”. Tras pasarse toda la noche obserbandolas llevo a una conclusión que  todas tardaban lo mismo en oscilar, igual les da desplazarse mucho que poco. Con esta idea en la mente, llegó a su casa y preparó una serie de experimentos para investigar el movimiento que llamó pendular .Aplicando las enseñanzas de Aristóteles, pensó que si colgaba un cuerpo más pesado, las oscilaciones serían más rápidas.
-“Me construiré dos péndulos iguales, pero uno con una bola de oro y otro con una bola de madera”. “Increíble, los dos tardan el mismo tiempo en oscilar! ¡Si resulta que Aristóteles estaba equivocado! Si consiguiera dominar este fenómeno, podría construirme un reloj mejor que el que tengo ahora. Probaré con cuerdas de distinta longitud.”
Efectivamente, con este último experimento Galileo obtuvo la clave para dominar el tiempo.

Galileo y su péndulo.